lunes, 13 de enero de 2014

¿DESPEDIMOS A LA NAVIDAD?

Volvemos a la realidad habitual, la alegría se desvanece, vuelve la oscuridad a las calles, amor, paz y comprensión quedan archivados hasta el invierno próximo y volvemos a ser lo que se supone que debemos ser, no lo que nos gusta ser.

Escondemos nuevamente nuestra inocencia y hacemos callar al niño que somos por dentro. Dejamos de desear en voz alta felicidad a nuestros vecinos; socialmente es incorrecto hacerlo fuera de fechas.

Por eso algunos aprovechamos estos días para vivir sin disimular. Gritamos al mundo nuestros de deseos de felicidad, iluminamos todos los rincones de la casa y expandimos libremente nuestro amor. Reímos como los niños que somos. Sabemos con seguridad absoluta que el mundo es mejor de lo que nos dicen porque lo mueve la magia, la bondad y la alegría.

Dicen que la Navidad es una fantasía y lo demás la realidad cotidiana, pero hay quien piensa que debe ser al revés: que la Navidad es la realidad profunda de la vida todos los días y la “No Navidad” es una ficción que, por alguna razón, hemos elegido creer.

Dijo aquel poeta*: "la barca del amor, se estrelló contra la vida cotidiana".

Pues yo pienso seguir navegando.


* Vladimir Mayakovski

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